viernes, 26 abril, 2024

Desde Toledo hasta Camerún: los niños de la Parroquia de Santa Bárbara colaboran en un proyecto de ayuda a la infancia

Los niños y niñas de Primera Comunión de la Parroquia de Santa Bárbara (Toledo) colaboraron con la ONGD Misión América para fomentar la cooperación misionera con África

Desde Camerún ha llegado un agradecimiento muy especial dirigido a los niños y las niñas de la Parroquia de Santa Bárbara (Toledo), en particular a los que este año recibían el sacramento de la primera Comunión, porque tuvieron un gesto solidario y misionero con el que apoyaron un proyecto de cooperación para el desarrollo y de ayuda para la infancia en África.

El proyecto se ha convertido en realidad en la Parroquia Saint FranÇois Xavier, en Ngovayang (República de Camerún), en el que también ha participado la ONGD Misión América, que preside Fernando Redondo Benito. La Hermana Victoria Braquehais ha mmuchos más niños y niñas los que colaboren, haciendo de la cooperación para el desarrollo una realidad más justa, solidaria y coherente, en la que la infancia, con el testimonio de los misioneros y las misioneras, descubren cómo ayudar a otros niños, descubren como vivir la fraternidad universal”.

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Además, en un vídeo especial, dirigido a esos niños y niñas de Santa Bárbara (Toledo), la Hermana Victoria ha destacado, rodeado de niños y niñas de la Escuela en Camerún, que damos las “gracias a todas las niñas y niños de la parroquia Santa Bárbara de Toledo por su ayuda para reconstruir las ventanas de la parroquia. Gracias por vuestra generosidad y por vuestro impulso misionero, que es muy bonito, porque cuando recibimos a Jesús en la comunión, Él nos invita a darnos a los demás. Un beso muy grande. Y ahora todos los niños de aquí de la escuela van a aplaudir para daros las gracias. ¡Bravo, bravo, bravo, bravo!”.

Desde la ONGD Misión América, Fernando Redondo también muestra su gratitud y pone a disposición esta herramienta de cooperación misionera, “para que sean muchos más niños y niñas los que colaboren, haciendo de la cooperación para el desarrollo una realidad más justa, solidaria y coherente, en la que la infancia, con el testimonio de los misioneros y las misioneras, descubren cómo ayudar a otros niños, descubren como vivir la fraternidad universal”.

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