Turbos y nazarenos reviven tres años después un histórico Camino del Calvario en Cuenca

Tras cuatro años que el cortejo procesional de la madrugada conquense no realizaba el recorrido al completo

Hacía tres años que la procesión más monumental de la Semana Santa de Cuenca no salía a la calle y cuatro años que el cortejo procesional de la madrugada conquense no realizaba el recorrido al completo. Y este viernes, después de todos estos años, los turbos y nazarenos compusieron una estampa histórica.

Ya desde primera hora de la madrugada, los turbos ansiosos aguardaban en la plaza de la Iglesia del Salvador para que la procesión diese comienzo, pero no ha sido hasta las 5.32 horas cuando las puertas diseñadas por Miguel Zapata se abrieron de par en par para que Jesús Nazareno tomase las calles de la ciudad.

Delante de ella se ha concentrado una turba en la que, según el presidente del Grupo Turbas, había inscritos en torno 2.300 turbos, pero a tenor de lo vivido en la madrugada conquense seguramente la cifra superara los 3.000.

Del rugir de los tambores y clarines característicos del Viernes Santo de Cuenca, que ha acompañado tanto al Nazareno como a Jesús Caído y la Verónica y San Juan evangelista, se pasó al silencio sepulcral, solo roto por las bandas de música acompañando a las tallas del encuentro de Jesús y Maria y la virgen de la Soledad de San Agustín.

Los nazarenos y conquenses han realizado un subida rápida y limpia, en la que ha destacado el homenaje que el Grupo Turbas ha llevado a cabo en el monumento del turbo, en la calle Palafox, en donde se ha hecho un sencillo acto en recuerdo a aquellos turbos que han tocado sus tambores y clarines desde el cielo y con un recorrido en el que se notaba menor afluencia de público que otros años. Pero en su llegada a la plaza Mayor, no cabía nadie más.

Según los datos facilitados por bomberos del Ayuntamiento de Cuenca, se estima la presencia de en torno a 9.000 personas solo en la plaza Mayor contemplando la llegada de la procesión, una cifra que se notaba por el rugir de la turba que recreaba la burla que recibió Jesús camino del Calvario.

Pasadas las 10.30 horas de este Viernes Santo comenzaba la bajada de la procesión, en donde los primeros turbos más próximos al Nazareno comenzaban con la fea costumbre de no dejar avanzar a la procesión, lo que ha provocado en ciertos momentos pequeñas avalanchas, que afortunadamente no han llegado a nada más.

El momento clave, como cada Viernes Santo, llegaba cuando el Jesús Nazareno se posaba frente a la iglesia de San Felipe Neri. Como si por arte de magia se tratase, todo el mundo quedó en silencio, incluso se podía oír el cantar de los pájaros del Casco Antiguo de la ciudad. Todo el mundo quería escuchar la interpretación del Miserere por parte del coro del Conservatorio de la ciudad.

Segundos antes de que terminase este Miserere, la turba volvió a rugir, continuó representando la burla que sufrió Jesús y se hacía saltar alguna que otra lágrima de emoción tras una larga espera de cuatro años sin poder disfrutar de este momento.

Poco a poco, ha ido avanzando la procesión para llegar hasta la misma iglesia del Salvador, lugar también de cierre del cortejo de un Camino del Calvario conquense que ha vuelto a invadir las calles de Cuenca, que ha vuelto con su representación y que se ha convertido en histórico sin lugar a dudas.

11 INCIDENCIAS DURANTE LA NOCHE

A lo largo de la madrugada de este Viernes Santo, según ha puntualizado el alcalde de la ciudad, Darío Dolz, mientras la turba llegaba a la plaza Mayor, únicamente se han producido «incidencias menores».

Así, a las 4.30 horas se registraban cuatro incidencias, mientras que a las 9.00 horas la cifra había ascendido hasta las 11 incidencias, que seguían siendo menores.

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«Mucha emoción y muchas ganas de volver a ver las procesiones», ha asegurado el alcalde, indicando que estas incidencias han sido intoxicaciones etílicas, daños en dedos en una noche muy tranquila.

Por último, ha agradecido a los turbos «su comportamiento ejemplar» durante la madrugada más importante de la ciudad de Cuenca.

VISITA DE PAGE Y NÚÑEZ

En el Ayuntamiento también ha estado presente el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien no ha querido perderse la procesión Camino del Calvario. Ahí, ha definido la de este año como «una Semana Santa pletórica» en toda la región.

«Esta procesión en particular es una buena síntesis de la pasión que ponemos en Castilla-La Mancha a nuestras tradiciones», ha reconocido García-Page, para quien la Semana Santa también transmite felicidad a pesar del dolor y el calvario. «Termina bien, en resurrección que en el fondo es lo que todos buscamos, esperanza», ha argumentado.

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«Hoy en postpandemia hay que tener esperanza y autoestima», ha añadido afirmando que, en su caso las turbas le «cargan la autoestima y las pilas una barbaridad», por lo que no ha dudado en asegurar que se pasaría «el día escuchándolas».

Tampoco ha querido perderse la procesión el presidente del PP de Castilla-la Mancha, Paco Núñez, quien ha asegurado estar «ante uno de los momentos más importantes de la Semana Santa de Castilla-La Mancha».

Por eso no ha querido faltar y compartir así con los conquenses «este día tan importante y ver la alegría de volver a ver la procesión en la calle». «Ha sido una larga espera para que podamos volver a tener todos los turbos en la calle, en un día que ha ido todo con mucha normalidad».

Con todo, un Camino del Calvario que hizo emocionar por lo simbólico y la añoranza de los más queridos, por la recuperación de la tradicional turba y por volver a ver y escuchar a los turbos fuera de los balcones como los dos años anteriores.

Tampoco se lo ha querido perder el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, que ha destacado el impulso que el Gobierno de España está ofreciendo para conseguir un turismo sostenible y Cuenca, como ciudad Patrimonio de la Humanidad, recibirá 3 millones de euros del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo para financiar proyectos sostenibles de rehabilitación y mantenimiento, dentro del plan de modernización y competitividad del sector turístico.

Tierraseca ha hecho hincapié en que la ciudad está recibiendo un gran número de turistas para contemplar los festejos y distintos actos propios de estas fiestas, en una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad y su Semana Santa está declarada de Interés Turístico Internacional.

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