jueves, 18 abril, 2024

«El #Cambio Climático es real y local», por Gema Díaz y Sonsoles Arnao

Hoy, viernes 15 de Marzo, se han convocado cientos de manifestaciones y de concentraciones a nivel mundial contra el cambio climático. La juventud por el clima, siguiendo el ejemplo de la adolescente sueca Greta Thunberg con sus “Fridays For Future”, ha organizado y convocado una huelga global para reclamar políticas basadas en un compromiso medioambiental real.

Estamos acostumbrados a escuchar noticias sobre el cambio climático: emisiones de CO2, transición energética, se repiten por doquier las imágenes de osos polares escuálidos y de glaciares viniéndose abajo y lo vemos como algo lejano, como si fuera una realidad que no nos afecta. La amenaza de una tierra desertizada parece pertenecer a un futuro distópico salido de una película de ciencia ficción.

Pero no, el cambio climático es real y local. Y la juventud nos interpela para actuar de inmediato. Aquí y ahora, podemos observar las amenazas y las consecuencias de la falta de actuación política. Talavera desprecia su medio ambiente y no solo porque no lo cuide y lo maltrate, sino porque le da la espalda. En Talavera el estado en el que se encuentran nuestros parques ya sean en el entorno urbano o en la periferia es lamentable. Como ejemplo tenemos la zona de Los Pinos, llenos de contenedores volcados, con bolsas de basura agolpadas alrededor porque no se recogen.

Los paseos presididos por hileras de árboles, los parques repletos de hierba fresca en los que poder disfrutar del verano, aquí son una ilusión. El desarrollo de un urbanismo sostenible, enfocado al disfrute de los ciudadanos y al cuidado y preservación de la flora y fauna autóctona no parece prioritario para nuestro Ayuntamiento. Y la transición energética en nuestra ciudad está en pañales como tantas otras cosas. En 40 años y como consecuencia del cambio climático, el Tajo ha perdido cerca del 50 % del agua, tanto en cabecera como en los afluentes más importantes.

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En esta ciudad tampoco han existido políticas de movilidad más accesibles y que impulsen medios de transporte menos contaminantes. El establecimiento de una línea férrea en condiciones y la ampliación de las comunicaciones por esta vía son prioritarias. A día de hoy, el ferrocarril es el medio de trasporte más sostenible, y su implementación haría disminuir en gran medida las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Sin embargo, estamos prácticamente obligados a tirar de medios mucho más contaminantes, como son los coches y los autobuses. Por no mencionar las chapuzas de remodelación del carril bici sin un proyecto ambicioso que vaya más allá de lo que tenemos en la actualidad.

Talavera, una ciudad enclavada en un entorno privilegiado, con los ríos Tajo y Alberche definiendo su fructífera vega y flanqueada por la sierra del Berrocal y del Cerro Negro podría disfrutarse y vivirse si realmente fuéramos conscientes del tesoro que tenemos y lo cuidáramos y protegiéramos como es debido.

El mejor compromiso que ahora podemos adquirir contra el cambio climático es implementar políticas en lo local más ambiciosas y en línea con los postulados ecologistas y feministas. Pensar más en las siguientes generaciones que en las próximas elecciones. Es prioritario un impulso al modelo productivo de Talavera y la Comarca endógeno, apoyando las industrias agrícolas y ganaderas ambientalmente sostenibles, apostando por la innovación tecnológica, las energías renovables y la generación de empleos verdes.

Parece ser que no se tiene en cuenta el hecho de que este desarrollo no sólo repercutiría positivamente en el medio ambiente, sino que, además, generaría cientos de puestos de empleo, tanto en el cuidado y mantenimiento de las zonas verdes como a nivel industrial.
En definitiva, es necesario acercar el debate global sobre el medio ambiente a nivel local, tomar conciencia sobre lo mucho que nos afecta y mostrar un compromiso real mediante la aplicación de políticas ecológicamente responsables. Porque, aunque no lo parezca, el cambio climático nos está afectando aquí y ahora. Y como nos señala Jorge Riechmann “somos la primera generación que entiende perfectamente lo que está pasando con el clima y posiblemente seremos la última que pueda evitar la catástrofe hacia la que nos dirigimos”.

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