viernes, 19 abril, 2024

Conocer bien el mercado y elaborar un buen plan de negocio

Consejos de Liberbank para nuevos emprendedores

Liberbank, dentro de su impulso para mejorar la educación financiera de la sociedad en general, ha elaborado una serie de consejos para aquellas personas que estén pensando en poner en marcha un negocio y emprender una aventura empresarial.

Según explican desde la entidad, si has pensando en poner un negocio, una empresa o simplemente independizarte de tu actual trabajo te interesa detenerte un poco, informarte y analizar si cumples, o puedes cumplir, con los aspectos clave para ser un buen emprendedor.

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Al principio uno no sabe por dónde empezar, pero sí ha de conocer si tiene la motivación suficiente, si su personalidad le acompaña en esta aventura y si conoce, o está dispuesto a conocer, el mundo en el que se adentra.

Dicen que se debe partir de una buena idea, pero ésta no tiene que ser necesariamente algo fuera de lo normal, original o novedoso. En muchas ocasiones funciona cuando sencillamente se satisfacen necesidades específicas de un público en concreto.

Si tenemos la suerte de saber que la idea tiene salidas y será demandada, ya sea un producto o un servicio, cabe preguntarnos con qué experiencia contamos en el sector, según Liberbank. «Será mejor cuanto más conozcamos pues eso nos aporta valor en el mercado».

Puesto que se presupone que hay mucho en juego y el entusiasmo debe ser proporcional, nuestro empeño en conocer bien el mercado en el que se piensa competir debe ser grande y conviene hacer una buena investigación.

Consiste, entre otras cosas, en averiguar qué hacen las otras empresas que se dedican a lo mismo y también en saber cómo lo hacen, qué demandas atienden, cuáles son sus productos o servicios y sus políticas de gestión, de marketing, de personal, de innovación, etc., para poder construir nuestro modelo de negocio y definirlo desde el punto de vista tecnológico y empresarial, entre otros.

Se trata, por tanto, de elaborar un buen plan de negocio o plan de empresa, que será la herramienta principal para decidir si el proyecto es lo suficientemente sólido para crear una empresa o si por el contrario, no es el momento o conviene replantear algún aspecto de la idea inicial.

Desarrollar al detalle este plan es el examen que todo emprendedor debe aprobar antes de lanzarse al mercado.

PENSAR BIEN EL PLAN DE NEGOCIO

Un plan de negocio bien pensado que refleje las posibilidades de éxito de tu empresa es imprescindible, y lo es no sólo por el negocio en sí, sino porque además será lo primero que se necesite tener si el proyecto requiere ser financiado por un tercero.

Ya sea por las instituciones públicas, las entidades financieras o inversionistas privados interesados en este plan, cualquiera que preste el capital para lanzar un proyecto nuevo, analiza previamente la viabilidad técnica, comercial y económica del negocio antes de decidir si se invierte en ello, o no.

Por eso cuanto más claro, preciso, coherente y justificado sea el documento, más fácil será conseguir su apoyo.

Ahora bien, concretando un poco más para orientar a las personas que luchan por cumplir un sueño y que tienen la capacidad de detectar la oportunidad donde otros solo ven un problema, vamos a ver los ingredientes básicos de un buen plan de negocio y, el primero de ellos, es presentar debidamente al propio emprendedor y su idea.

En esta descripción no debe faltar el detalle de los productos y servicios a ofrecer y resaltar en ellos los aspectos diferenciadores con respecto a los de otros competidores en el mercado.

En segundo lugar, hay que desarrollar un apartado dedicado al plan de marketing en el que se informará, entre otros aspectos, de los precios, la política comercial, la publicidad y los canales de distribución.

Finalmente, elaboraremos el plan económico financiero. Aquí cuantificaremos todo el trabajo hecho hasta ahora. Es decir, hay que incluir la inversión inicial, las proyecciones financieras del negocio a varios años, las necesidades de tesorería, el cálculo de ingresos mínimos para hacer frente al gasto total y aquellos otros detalles que sean requeridos por quien aporta el capital.

Lo bueno de esta aventura que es emprender un nuevo negocio es que tú creas tu propio empleo y tú eres tu propio jefe. El lado más duro que no debe ignorarse es que se asumen ciertos riesgos y eres el responsable final de lo que ocurre en la empresa.

Ilusión y sacrificio personal van de la mano desde el principio pero más en los primeros años en los que la dedicación debe ser mucho mayor hasta conseguir la estabilidad y continuidad necesarias que nos permita volver a una vida laboral más normalizada y conciliadora con la familia y los amigos.

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