domingo, 21 abril, 2024

Los investigadores del Hospital de ParaplĂ©jicos avanzan en el estudio de una nueva terapia de la esclerosis mĂșltiple

Junto con el Grupo de NeurobiologĂ­a del Desarrollo-GNDe del Instituto Cajal-CSIC

Los investigadores del Hospital Nacional de ParaplĂ©jicos de Toledo, junto con el Grupo de NeurobiologĂ­a del Desarrollo-GNDe del Instituto Cajal-CSIC y la colaboraciĂłn de la Unidad de GestiĂłn ClĂ­nica de Neurociencias del Hospital Regional Universitario de MĂĄlaga, todos ellos de la Red Española de Esclerosis MĂșltiple, han estudiado el papel y potenciaciĂłn de las cĂ©lulas mieloides supresoras (MDSCs), un tipo celular muy inmaduro de la respuesta inmune innata, en el modelo animal de la esclerosis mĂșltiple.

La esclerosis mĂșltiple es una enfermedad neurodegenerativa con un fuerte componente inflamatorio, en la que fallan los mecanismos espontĂĄneos reguladores de la respuesta inmune que posee el organismo, segĂșn ha informado la Junta en nota de prensa.

Este peor control de la respuesta inmune hace que la inflamaciĂłn presente en la esclerosis mĂșltiple se cronifique y que el daño que ejerce sobre el tejido nervioso sea prolongado, segĂșn ha explicado el director del Laboratorio de Neuroinmuno-ReparaciĂłn del Hospital Nacional de ParaplĂ©jicos, Diego Clemente.

Una de las funciones de las MDSCs consiste en suprimir la actividad de los linfocitos T, muy importantes en el deterioro de la capa de mielina (una sustancia que envuelve y protege las cĂ©lulas nerviosas), evento propio de la esclerosis mĂșltiple. Las MDSCs pueden impedir que los linfocitos T activados ejerzan su funciĂłn, llegando incluso a provocar su eliminaciĂłn, de ahĂ­ su interĂ©s como blanco terapĂ©utico.

«Precisamente una de las lĂ­neas de trabajo del grupo es la bĂșsqueda de terapias que potencien la actividad de las MDSCs, lo que repercutirĂ­a en un mejor control de la actividad de los linfocitos T, y, por tanto, en un mejor control de los sĂ­ntomas y del deterioro del tejido nervioso», ha añadido Diego Clemente.

INTERESADOS EN EL PAPEL DEL INTERFERÓN-BETA

Desde este punto de vista, el trabajo estudia el papel de una molécula usada actualmente para el tratamiento de la EM, el interferón-beta, en la potenciación de las MDSCs en el modelo animal de esta enfermedad.

«Lo que mostramos en nuestra investigación es que la mejoría de los síntomas en los ratones tras el tratamiento con Interferón-beta, es paralelo a un enriquecimiento de la población de MDSCs en el bazo y en la médula espinal de los ratones que habían recibido el tratamiento frente a los ratones enfermos no tratados con este fårmaco», ha destacado Clemente.

Ademås, ha detallado el científico, tras el tratamiento con el interferón-beta «las MDSCs presentes en el tejido nervioso mostraban características típicas de células con mayor actividad inmunosupresora, es decir, con mayor capacidad de eliminación del linfocito T activado».

Este punto se pudo corroborar al extraer las MDSCs directamente de los bazos de ratones tratados con interferĂłn, quienes ejercĂ­an una mayor funciĂłn de inmunosupresiĂłn, es decir, de eliminaciĂłn de los linfocitos T activados, incluidos aquellos encargados especĂ­ficamente de la destrucciĂłn de la mielina en el modelo animal.

Con el fin de utilizar las MDSCs en futuros trasplantes celulares para la EM, los investigadores expusieron in vitro MDSCs obtenidas de ratones enfermos sin tratar. «Lo que observamos es que, también en el cultivo, el interferón-beta potenciaba la función inmunosupresora de las MDSCs, a través del control de la actividad de los linfocitos T activados inespecíficamente en cultivo y de los predestinados a la eliminación de la mielina en particular», ha indicado.

«Esta potenciación se debía a que el interferón-beta hacía que las MDSCs permaneciesen en un estado mayor de inmadurez, lo que habíamos demostrado anteriormente que es fundamental para que ejerzan su potente función controladora de la respuesta inmune», ha concretado el investigador.

ABRIENDO NUEVOS HORIZONTES

En conjunto, estos resultados abren dos vĂ­as de trabajo. Por un lado, el estudio en pacientes de esclerosis mĂșltiple de las MDSCs como biomarcadores de una buena respuesta al tratamiento con interferĂłn-beta, lo que ya estĂĄ siendo objeto de investigaciĂłn del grupo del Hospital Nacional de ParaplĂ©jicos gracias a la reciente financiaciĂłn del Ministerio de Ciencia, InnovaciĂłn y Universidades. Por otro, se da un paso mĂĄs hacia el manejo de las MDSCs como futuro tratamiento modificador de la esclerosis mĂșltiple mediante su potenciaciĂłn in vitro con interferĂłn-beta previa a su trasplante.

«Este estudio apunta que se podrĂ­a plantear el trasplante de MDSCs en pacientes que estĂ©n siendo tratados con interferĂłn. Es mĂĄs, el fĂĄrmaco podrĂ­a incluso potenciar la propia actividad de las MDSCs. AdemĂĄs, podrĂ­a ser una fuente alternativa terapĂ©utica para los pacientes denominados no respondedores, en los que el interferĂłn-beta no funciona, pero que quizĂĄ sĂ­ pudieran ver sus MDSCs afectadas positivamente por el fĂĄrmaco ‘in vitro’, previamente a su autotrasplante», ha concluido Diego Clemente.

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