jueves, 28 marzo, 2024

Cooperativas Agro-alimentarias reclama una planificación más justa de los recursos hídricos

Para Cooperativas Agro-alimentarias "la situación en la región viene empeorando paulatinamente, ya que la falta de lluvias acentúa la grave situación del sector"

Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha entiende que sólo a través del diálogo y la negociación entre el sector agroalimentario, las diferentes administraciones y los organismos de cuenca, será posible una coordinación y planificación adecuada que tenga en cuenta también las necesidades de sector agroalimentario de Castilla-La Mancha, tantas veces relegado en las tomas de decisiones en materia hídrica.

Para Cooperativas Agro-alimentarias «la situación en la región viene empeorando paulatinamente, ya que la falta de lluvias acentúa la grave situación del sector derivada de la deficiente planificación y del lesivo tratamiento que tiene nuestro territorio en materia de agua, respecto a otros a los que se les garantizan los recursos hídricos precisos e incluso se les realizan las infraestructuras necesarias». Aun así los niveles de los acuíferos subterráneos no han experimentado una bajada significativa.

El pasado 20 de diciembre, la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Guadiana aprobó el plan de extracciones de aguas subterráneas de las masas de Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus Valdelobos estableciendo 2.000 m3/ha para herbáceos y 1.500 m3/ha para leñosos. «Valoramos positivamente la rectificación que se ha realizado sobre la primera intención de reducir a 1.800 m3/ha la dotación de los cultivos herbáceos, que finalmente se ha fijado en 2.000 m3/ha, pero seguimos considerando insuficientes dichas dotaciones para garantizar la viabilidad de muchas explotaciones», apuntaba Cooperativas Agro-alimentarias.

Asimismo se establecían nuevas restricciones a los regantes de las masas de agua Lillo-Quintanar, Consuegra-Villacañas y Sierra de Altomira, donde se acordó un régimen de extracciones para el 2018 de 2.200 en herbáceos y 1.500 m3/ha en leñosos. Masas que tienen unas dotaciones reconocidas medias de 4.278 m3/ha, en las que dichas reducciones tienen un enorme impacto negativo en la economía de la zona, reduciéndose drásticamente la superficie productiva, ya que la agricultura hoy en día sin agua, en muchas comarcas, es prácticamente inviable.

Olvido de los responsables de la gestión hídrica

Para Cooperativas es claro el olvido que los responsables de la gestión hidrológica tienen con el sector agroalimentario castellano-manchego. Estas restricciones se plantean cuando muchas de las campañas ya están programadas, contando con los recursos que estaban asegurados en el momento de iniciarlas y que luego se ven modificados de manera unilateral. «Esta forma de actuar tiene que acabar y tener en cuenta las consecuencias que tienen sobre el sector», señalaban desde la organización.

«Sorprenden los argumentos del Presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, argumentando que esta reducción se justifica por un gesto de solidaridad de los regantes de aguas subterráneas frente a los de aguas superficiales, que cuentan con menos recursos. En realidad pensamos que se trata de una simple y llana restricción de recursos que no va a repercutir en mejorar la situación del resto de regantes castellanomanchegos».

Cooperativas denuncia que en Castilla-La Mancha siempre se “imponga la solidaridad” del sector para proveer recursos a otras zonas, y que esa solidaridad nunca invierte su sentido para ser, alguna vez nuestra región, la beneficiaria de la misma. Acciones como la activación de los pozos de sequía de la comarca de Hellín, trasvases o reducciones de caudales para que sean utilizados aguas abajo, «vienen de forma recurrente produciéndose en nuestra región, que siempre se ve perjudicada».

Cultivos sociales

Castilla-La Mancha cuenta con cultivos sociales de los que depende un número importante de poblaciones «que verán mermado su crecimiento por la falta de recursos hídricos y con los que no se va a ser en absoluto solidario por ese retroceso en la productividad de sus explotaciones», apuntaba la organización.

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Por otra parte, la lentitud de resolución de los expedientes de las solicitudes de concesiones de las explotaciones prioritarias del Plan Especial del Alto Guadiana, hace que se retrasen proyectos de incorporación de jóvenes a la agricultura o que se comiencen sin la certeza de que finalmente se consiga el agua suficiente para poder rentabilizar la explotación. «Urge solucionar estas situaciones y agilizar por todos los medios las resoluciones de esas solicitudes para que el sector productor no se paralice de manera indefinida».

«El Gobierno de Castilla-La Mancha debe definir, de forma consensuada, un Plan Estratégico de Recursos Hídricos y desarrollar con el apoyo de los agentes sociales e instituciones una fuerte y eficiente acción política para que las necesidades del sector agroalimentario castellano manchego estén garantizadas y cubiertas».

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