jueves, 28 marzo, 2024

Casañ subraya su decisión de proteger el patrimonio de la ciudad en el Museo Municipal de Albacete

Una veintena de piezas, desde la Cruz de Término depositada en 1926, hasta un azulejo sobre los distritos de la ciudad entregado ahora, conforman este depósito

El alcalde de Albacete, Vicente Casañ, ha manifestado la firme decisión de su Equipo de Gobierno de conservar todos aquellos bienes inmuebles y muebles que tengan valor, “no queremos más demoliciones que indignen a los ciudadanos, tenemos que proteger aquello que merece a pena, aquello que nos identifica”, ha dicho Casañ y ha anunciado que en breve se reunirán con la empresa que ha sido contratada para elaborar el inventario y el catálogo de bienes protegidos de la ciudad.

El alcalde ha realizado estas declaraciones en el Museo de Albacete, antes de hacer un recorrido para conocer de la mano de su directora, Rubí Sanz, y acompañado del director provincial de Educación y Cultura, Diego Pérez, y la concejala de Cultura, Teresa García, los bienes de interés patrimonial e histórico que el consistorio tiene depositados en esta institución.

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Los primeros depósitos datan de 1926 y desde entonces han sido una veintena de piezas las que el Ayuntamiento de Albacete ha dejado para su custodia y conservación en el Museo de Albacete. Sin embargo, ha sido ahora cuando se ha dado formalidad, con la rúbrica del oportuno documento, a este depósito.

La última pieza que el Ayuntamiento de Albacete ha entregado al Museo ha sido un azulejo de identificación de manzana y distrito que procede de una casa demolida recientemente en la calle Zapateros y que se guarda como único testimonio de la ordenación de la ciudad en distritos. El primer bien entregado fue la Cruz de Término de la ciudad, que entró en los fondos del depósito en 1926, poco antes de que se inaugurasen las salas del museo primigenio, que estuvo en la planta alta de la Diputación. Esta escultura de piedra del siglo XV, que originariamente estuvo colocada en el camino de salida hacia Valencia, como cruz de caminantes, fue rescatada por Joaquín Sánchez Jiménez, del Cementerio donde había sido trasladada.

Sánchez Jiménez también recogió cinco tablas pintadas del retablo de la ermita de San Antón, fechadas en torno a 1600, cuatro aún conservaban la fábrica de madera del retablo. Todas ellas están expuestas en la sala 10 del Museo. De esta extinta ermita también procede un San José, del siglo XVII, y un Cristo crucificado que Luis Guillermo García Sauco rescató de unos almacenes municipales donde llegó a ser pintado con titanlux blanco. La escultura de otro Cristo crucificado no corrió tanta suerte y llegó al Museo con los brazos mutilados, el origen de esta pieza gótica es incierto, pues fue encontrada por un trabajador del Museo en el hueco de un árbol en la calle Alcalde Conangla. Tal hallazgo sucedió hace escasas fechas, en 2014. El cristo se custodia en los almacenes del Museo a expensas de ser restaurado.

Un busto del arquitecto Francisco Jareño, que ha servido para hacer dos reproducciones en bronce, una se exhibe en la Biblioteca Nacional y otra ha sido colocada recientemente en la plaza del Altozano, es propiedad municipal desde 1981 año en el que la familia se la donó a la ciudad. Se conserva también en el Museo de Albacete.

Hay otras piezas singulares que dan testimonio de la vida municipal, como dos mazas de madera del siglo XIX; una placa que los empleados municipales entregaron al alcalde en 1910 al entonces alcalde Abelardo Sánchez o un arca de 1862 que estuvo a punto de acabar en un chatarrero, pero que felizmente fue rescatada para dejar testimonio de su utilidad. Este arca tiene tres claveros, pues solo podía abrirse en presencia del alcalde, el secretario y el tesorero, cada uno con su llave, y en ella se depositaron dineros y documentos municipales importantes.

Dos campanas, que estuvieron en la antigua Casa Consistorial ya desaparecida de la plaza Mayor, también se conservaron en los almacenes municipales hasta que en 1991 fueron entregadas en depósito del Museo.

Entre los bienes en depósito hay varias banderas, como una bandera republicana, adaptada para el batallón de voluntarios 25 de julio; la reproducción de la bandera del Regimiento de Albacete contra los franceses que realizó la Universidad Popular en 1991 y el pendón del soldado Juan Mancebo Hurtado Matamoros, una pieza histórica de notable valor que el primer director del Museo de Albacete encontró en el Archivo Municipal. Este pendón estuvo colocado en la Catedral junto a dos banderas que este militar arrancó a los turcos.

La Feria no podía estar ausente en este recorrido por el patrimonio municipal depositado en el Museo de Albacete, donde se custodian los proyectos para el templete que firmó en 1895 Juan Bautista Peyronet. En los almacenes también están guardadas las cartelas de 1889 que estuvieron encima de las sobrepuertas del Recinto Ferial que fueron retiradas en 1974 cuando se remodeló el acceso y se instaló la actual Puerta de Hierro que hoy conocemos.

El director provincial de Educación ha aprovechado su visita al Museo de Albacete para reconocer el trabajo y a la riqueza de fondos de esta institución museográfica, “instalación por donde han pasado más de 1,5 millones de personas, “es uno de los Museos mejor considerados de toda España”, ha dicho.

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