La orden publicada por la ConsejerÃa de Desarrollo Sostenible es una muestra más del desprecio de las administraciones y el gobierno regional hacia el sector agropecuario. ProhÃben, en esta ocasión y una vez más a los agricultores, el uso de su maquinaria para trabajar, mientras esa misma norma permite expresamente el resto de ciudadanÃa seguir realizando sus actividades de ocio en el medio natural.
La orden publicada, en el punto 1, resuelve evitar dentro de unas horas el uso de maquinaria agrÃcola, mientras que en el punto 3 resuelve mantener la recomendación al conjunto de la ciudadanÃa de evitar. Ante las escandalosas declaraciones del señor presidente GarcÃa-Page que acusa a los agricultores de trabajar en un horario, según el prohibido, La Unión de Castilla-La Mancha manifiesta que tal prohibición no existe, y que desistir con culpa el derecho constitucional al trabajo, además de constituir una traba a la realización de labores que no se pueden realizar en otra época del año. Siendo el agrÃcola un sector estratégico para la alimentación de la población, no se entiende que se pongan restricciones a la realización de labores necesarias para la economÃa de las explotaciones y la seguridad alimentaria de la sociedad en general.
No se entiende que el ocio, el divertimento, las actividades lúdicas, se permitan, mientras que al que trata de ganarse la vida y el sustento se le impida de manera taxativa trabajar, por lo menos según las palabras del señor Presidente.
Una cosechadora parada durante quince dÃas supone una pérdida enorme para su propietario,ya que dichas máquinas son carÃsimas, y deben amortizarse en campañas de corta duración, por lo que 15 dÃas de campaña le pueden suponer la pérdida de las pocas ganancias. Al agricultor que no puede recoger sus cosechas durante esos 15 dÃas podrÃan suponer perder la cosecha a causa de un incendio, un pedrisco o el natural descabezado de las espigas. La inmensa mayorÃa de los incendios son causados por la gente que sale al campo por motivos recreativos, o por accidentes de tráfico, siendo las causas naturales y la realización de las labores agrÃcolas el mÃnimo porcentaje del origen de los fuegos.
Según las declaraciones del señor Presidente, mientras se prohÃbe a los agricultores realizar labores agrÃcolas, se permite a la gente coger la moto y darse una vuelta por el campo. SerÃa más lógico prohibir toda actividad no esencial desde el inicio del perÃodo de incendios o de riesgo de incendios, antes que las actividades laborales. El no hacerlo asà supone un menosprecio hacia el sector agropecuario, al que por otra parte ya estamos acostumbrados.
Esta cadena de fuegos que castiga a España es consecuencia del maltrato que la sociedad a través de su gobierno da al campo desde hace décadas. Los usos y costumbres tradicionales están restringidos, cuando no prohibidos. La ganaderÃa extensiva desapareciendo a pasos de gigante como consecuencia de las extrañas normativas a las que se las somete. Todo esto pasa desde que se quiere regular desde los despachos las actividades de la gente que vive del campo y en el campo. El ignorante poniendo su criterio al profesional.
O se cambia de prisa esta tendencia, o veremos como toda España se quema porque no dejan actuar a los que siempre tuvieron a raya el fuego. Cada vez somos menos y cada vez vemos más restringida nuestra capacidad de acción.
Por otra parte, tantas restricciones al sector productor acabarán ocasionando un desabastecimiento total de alimentos del que ya hemos visto una pequeña muestra a consecuencia del conflicto ucraniano.
¡Elecciones en el campo ya! Estamos en manos de gente que no defiende al sector agrario. La falta de democracia en el campo, y el apresuramiento de las organizaciones agrarias, que tienen asignada la representatividad a dedo por la ConsejerÃa por una ley derogada y con certificados caducados, paralizan al sector.