A pesar de haber causado un aumento de las infecciones que ha provocado miles de hospitalizaciones y muertes, la variante Delta del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, no es especialmente buena para evadir los anticuerpos generados por la vacunaciĂłn, segĂșn un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos).
Los investigadores analizaron los anticuerpos generados por las personas en respuesta a la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer y descubrieron que la variante Delta era incapaz de evadir todos los anticuerpos que probaron, excepto uno. Otras variantes preocupantes, como la Beta, evitaron el reconocimiento y la neutralizaciĂłn por parte de varios de los anticuerpos.
Los resultados, publicados este lunes en la revista cientĂfica ‘Immunity’, ayudan a explicar por quĂ© las personas vacunadas han escapado en gran medida a lo peor de la oleada de Delta.
Para evaluar la amplitud de la respuesta de los anticuerpos contra el SARS-CoV-2, extrajeron cĂ©lulas productoras de anticuerpos de tres personas que habĂan recibido la vacuna de Pfizer. Cultivaron las cĂ©lulas en el laboratorio y obtuvieron de ellas un conjunto de 13 anticuerpos dirigidos a la cepa original que empezĂł a circular el año pasado.
Los investigadores probaron los anticuerpos contra cuatro variantes de interés: Alfa, Beta, Gamma y Delta. Doce de los 13 anticuerpos reconocieron las variantes Alfa y Delta, ocho reconocieron las cuatro variantes y uno no reconoció ninguna de las cuatro variantes.
Los cientĂficos miden la utilidad de un anticuerpo por su capacidad de impedir que el virus infecte y mate las cĂ©lulas en una placa. Los llamados anticuerpos neutralizantes que impiden la infecciĂłn se consideran mĂĄs potentes que los que reconocen el virus pero no pueden bloquear la infecciĂłn, aunque tanto los anticuerpos neutralizantes como los no neutralizantes contribuyen a la defensa del organismo.
Los investigadores descubrieron que cinco de los 13 anticuerpos neutralizaban la cepa original. Cuando probaron los anticuerpos neutralizantes contra las nuevas variantes, los cinco anticuerpos neutralizaron la Delta, tres neutralizaron la Alfa y la Delta, y solo uno neutralizĂł las cuatro variantes.
«Frente a la vacunaciĂłn, Delta es un virus relativamente dĂ©bil. Si tuviĂ©ramos una variante mĂĄs resistente como la Beta pero que se propagara tan fĂĄcilmente como la Delta, tendrĂamos mĂĄs problemas», explica uno de los lĂderes de la investigaciĂłn, Ali Ellebedy.
El anticuerpo que neutralizó las cuatro variantes en cuestión, asà como otras tres variantes probadas por separado, se denominó 2C08. En los experimentos con animales, el 2C08 también protegió a los håmsters de la enfermedad causada por todas las variantes probadas: la variante original, la Delta y una imitación de la Beta.
Utilizando bases de datos pĂșblicas, los investigadores descubrieron que alrededor del 20 por ciento de las personas infectadas o vacunadas contra el SARS-CoV-2 crean anticuerpos que reconocen el mismo punto del virus al que se dirige el 2C08. AdemĂĄs, muy pocas variantes del virus (.008%) presentan mutaciones que les permiten escapar de los anticuerpos dirigidos a ese punto.
«Este anticuerpo no es exclusivo de la persona de la que lo obtuvimos. En la literatura cientĂfico-mĂ©dica se han descrito mĂșltiples anticuerpos dirigidos a esta zona; al menos uno estĂĄ en desarrollo como terapia contra la COVID-19. Se han generado anticuerpos similares en personas infectadas en Italia y en personas infectadas en China y en personas vacunadas en Nueva York. AsĂ que no se limita a personas de ciertos orĂgenes o etnias; no se genera sĂłlo por la vacunaciĂłn o por la infecciĂłn. Mucha gente produce este anticuerpo, lo cual es estupendo porque es muy potente y neutraliza todas las variantes que hemos probado», concluye Ellebedy.