jueves, 18 abril, 2024

La neorocientifica Juliana M. Rosa: «Cuesta llegar hasta aquí porque hay muy pocas posibilidades»

Tras obtener un contrato del programa Ramón y Cajal de la Agencia Estatal de Investigación que le otorga estabilidad para seguir investigando en el toledano Hospital Nacional de Parapléjicos

La neorocientifica Juliana M. Rosa, obtentora de un contrato del programa Ramón y Cajal de la Agencia Estatal de Investigación que le otorga estabilidad para seguir investigando en el toledano Hospital Nacional de Parapléjicos, ha asegurado que para llegar a este «pódium» ha tenido que vivir en cuatro países distintos para poder desarrollar su carrera científica, dejando para ello su Brasil natal y desplazando en su periplo internacional a la familia que ha formado en España. «Cuesta llegar hasta aquí porque hay muy pocas posibilidades. Es una tabla de salvación».

Y es que M. Rosa aterrizó en la Unidad de Investigación del Hospital Nacional de Parapléjicos en 2019, donde investiga los efectos que una lesión medular provoca en los diferentes tipos de neuronas y células del cerebro, tras conseguir por segunda vez consecutiva un contrato para investigadores de excelencia financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC) mediante el programa Marie Sklodowska-Curie.

A este centro toledano llegó luego de adquirir una notable trayectoria científica en centros de prestigio internacional, como la Universidad de Cambridge en el Reino Unido y la Universidad de Berkeley en California (Estados Unidos), que le han permitido publicar en diversas revistas de excelencia científica en neurociencia.

Tras explicar que la ‘Ramón y Cajal’ es una ayuda que el Gobierno español concede por cinco años a entidades públicas y universidades para atraer y retener en su sistema científico a jóvenes investigadores, a la que se accede por currículo y meritocracia, ha defendido que, para un joven investigador, conseguir una de ellas supone una «tabla de salvación». «Te da estabilidad profesional e independencia científica para poder desarrollar tu propia línea de investigación creando para ello tu propio equipo», ha añadido.

Y es que, pese haber obtenido ofertas de diversas universidades, ha apostado por quedarse en Parapléjicos para poder desarrollar y potenciar su línea de investigación. «Obtener una Ramón y Cajal me sitúa en una buena posición en los estadios de jóvenes investigadores españoles. Me concede prestigio y poder estabilizar mis estudios», ha insistido Juliana M. Rosa que, en caso de no haber conseguido este hito, y al quedarse sin financiación para seguir trabajando en Parapléjicos, tendría que haber optado por un «plan ‘b'» y haber dejado de hacer ciencia.

«Cuesta llegar hasta aquí porque la competencia es cada vez mayor y hay muy pocas posibilidades», ha evidenciado este neurocientifica, que lidia con la doble condición de madre e investigadora. «Son dos tareas difíciles de compaginar, pues ambas exigen mucha dedicación. Aunque como el resto de madres trabajadoras estás todo el día corriendo de un lado a otro, en investigación, aunque te vayas a casa, nunca dejas de hacer ciencia. Tu cabeza piensa de manera permanente en tus proyectos. Tenemos la presión de obtener rápidos resultados para poder conseguir nuestros logros».

Esta toledana de «adopción», que trabaja en identificar los cambios que sufre el cerebro tras una lesión medular, del sistema nervioso o ante una enfermedad neurodegenerativa para registrar dichas alteraciones, actuar sobre ellas y restaurar la función original cerebral, lamenta no obstante que, pese al impulso que el contrato del programa Ramón y Cajal imprime a su carrera, un investigador «nunca» se puede acomodar.

«En ciencia nunca te puedes relajar. Cada proyecto cada vez es más ambicioso, y de un proyecto se genera otro», ha explicado Juliana M. Rosa, que pone voz a la inestabilidad del sector, sobre todo en la fase media de la profesión.

«Empiezas haciendo un doctorado y con el deseo de seguir investigando, buscas de forma activa tu formación en diversos grupos y países, dejando a un lado otros factores personales todo por la investigación. Por ello, este contrato de estabilización de jóvenes investigadores cambia mi panorama de futuro, mi perspectiva», ha concluido manifestando.

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