viernes, 29 marzo, 2024

El Gobierno regional insiste en un toque de queda nacional y justifica el aumento de casos por los test de antígenos

Camacho defiende afinar en la región aún más las medidas ministeriales: "Preferimos un traje a medida que un chándal"

El director general de Salud Pública del Gobierno de Castilla-La Mancha, Juan Camacho, ha confirmado que el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, pidió formalmente en el seno del Consejo Interterritorial aplicar un toque de queda a nivel nacional defendiendo que esta medida debe de ser homogénea en todo el territorio.

En rueda de prensa, ha abundado en que este tipo de medidas «han de venir armonizadas y consensuadas a nivel nacional», ya que siendo así sería una herramienta «muy útil» que vería su eficacia incrementada.

Camacho también ha hecho alusión a las cifras notificadas por Castilla-La Mancha este jueves, con más de mil casos nuevos confirmados -cifras que, según ha dicho, serán similares a las de este viernes-, achacando este aumento al hecho de que se están realizando en la región más test de antígenos, que al aportar resultados instantáneos elevan la cuenta a los casos diagnosticados por pruebas PCR realizadas hace días pero detectadas ahora.

Pese a este aumento, y con «enorme prudencia», ha dicho que la región se sitúa con un nivel de incidencia acumulada en los últimos siete días por debajo de la media.

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A esto ha sumado que se detecta «cierta mejoría» en «zonas calientes» como Talavera de la Reina o Guadalajara. «No estamos tan mal como estábamos en la primera oleada, eso es cierto, y geográficamente somos los mismos», ha celebrado, si bien ha afirmado que la situación «dista mucho de ser buena y eso obliga a persistir en el esfuerzo y a modificar todas las actitudes necesarias para seguir en una situación de estabilidad».

ABRE LA PUERTA A PUBLICAR TODOS LOS DATOS

Juan Camacho ha recordado que semanalmente se publican los datos de la incidencia acumulada de municipios de más de 500 habitantes, pero ha abierto la puerta a hacerlo también del resto de localidades. «Iremos viendo la posibilidad técnica», ha indicado.

Con los datos recabados diariamente, ha abundado en que se pueden tomar decisiones «con dinamismo».

El director general de Salud Pública ha hecho referencia al documento marco aprobado ayer por 15 comunidades autónomas, texto que será para Castilla-La Mancha «un acuerdo de mínimos sobre el que trabajar» en torno a ocho indicadores, seis de ellos epidemiológicos y dos asistenciales.

En todo caso, ha abundado en que se trata de medidas «orientativas» basadas en ejes «de mayor o menor riesgo», y que en el caso de la región irán acompañadas de más premisas.

«Las medidas no pueden ser iguales en Madrid que aquí, porque la realidad social y geográfica es distinta», ha indicado, detallando que el documento ministerial establece que para los municipios de menos de 5.000 habitantes algunos de los indicadores establecidos «no son de aplicación», algo con lo que Castilla-La Mancha está «de acuerdo».

Eso obliga a hacer un trabajo técnico «muy fino» a la hora de aplicar estrategias concretas en territorio castellanomanchego, tal y como ha afirmado.

MEDIDAS «MÁS ESTRICTAS» EN RESIDENCIAS DE MAYORES

Esta diferencia en las medidas a adoptar en la región en comparación con las dictadas por el Ministerio se dejan notar en las residencias de mayores.

Así, toda vez que los mayores han sido los que más sufrieron la primera oleada, «se han planteado intervenciones y maneras de actuar con una agresividad importante a la hora de activar mecanismos».

Aunque la preocupación es la misma que en primavera ahora se pueden conocer con más precisión tanto los datos como el estado de los residentes.

En esta línea, una de las «grandes diferencias» entre las instrucciones ministeriales y la región es que aquí las medidas son «más estrictas» en estos centros residenciales. «Tenemos claro que si nos tenemos que equivocar, lo haremos del lado de la prudencia».

Ha sido en este punto en el que ha hecho alusión al brote registrado en una residencia de Sonseca, donde hay entre 50 y 60 afectados y seis fallecidos; añadiendo que son cerca de 80 residencias las que actualmente registran algún caso de COVID-19.

En cuanto a afinar más las medidas a partir del documento técnico, ha defendido que Castilla-La Mancha prefiere «un traje a medida» antes que «un chándal». «Las realidades de cada municipio son distintas y hay que modular».

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